miércoles, 25 de noviembre de 2009

La buena educación

Esta tarde he estado en casa de mis padres… y veo como pasa el tiempo por ellos y por mí. Les estoy muy agradecido por la educación que me han dado… que nos han dado a mis hermanos y a mí. Valoro el esfuerzo que han hecho, tanto en los valores que me han inculcado, sólidos, como en la educación académica que han podido procurarme.
La educación es uno de los mayores bienes de los que puede disponer una persona. Venía pensando en ello y a la vez escuchando en la radio que en España la tasa de abandono escolar supera el 30%. ¿Qué significa este dato? Que en este país – y no solo en él, este es un fenómeno generalizado en mayor o menor medida en todas las sociedades opulentas – se está incubando una generación de personas que no tienen una motivación personal por conocer su entorno, su historia, sus posibilidades y por tanto, será difícil que puedan tener un futuro más pleno.
Imagino a mis padres, realmente lo percibo en su semblante, orgullosos de que sus cuatro hijos hayan podido estudiar y sean diplomados, licenciado o ingenieros. Porque ellos piensan que así nos han hecho más libres, más conscientes de la sociedad en que vivimos y sus múltiples variables. Piensan que esta educación más los valores que nos han transmitido nos sirven para ser más dueños de nuestro futuro, personas más felices y completas.
Es su éxito: muchas gracias.

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